Paradójicamente, al día siguiente de arrancar con este blog amanecí con mi casa inundada, sí, literalmente inundada de agua.
En algún momento de la madruga a un caño de la pileta del baño se le dio por reventarse y regar aguar por doquier, aprovechando el anonimato de la noche silenciosa. Y el desagüe no se destapó… y el agua se acumuló… y no hubo otro remedio que calzarse las botas, arremangarse, cerrar la llave de paso y empezar a trapear.
A los pocos minutos recordé el porqué de mi casi obsesiva y recurrente preocupación por el tema del agua, ya que cuando necesité lavarme las manos o tomar un cafecito caliente, no salía nada de la canilla. Claro, había que esperar a que la ferretería abriera para poder paliar la situación y abrir nuevamente la llave.
Solamente fue una hora, hora y media, pero la extrañé, me fastidié, me resigné y esperé.
Parece imposible de creer que aunque el agua sea un recurso vital para el ser humano, millones de personas en el mundo carecen de este recurso esencial y de saneamiento.
Hoy en día, una de cada tres personas (UN TERCIO DEL MUNDO!) vive en zonas con escasez de agua.
Según la ONU , si el nivel de consumo actual de agua continúa, para el año 2025 (DOS MIL VEINTICINCO, no falta tanto si lo piensas) 2 DE CADA 3 habitantes tendrá dificultades para abastecerse de agua: DOS TERCIOS DE LA POBLACION !!!
Por eso… Agua que no has de beber… NO LA DEJES CORRER.
Cuidemos el agua por responsabilidad y solidaridad con quienes no la poseen. Y responsabilidad con nuestros hijos y las futuras generaciones.
Estemos atentos a los consejos que circulan por allí para ahorrar agua en el día a día.
No es un recurso renovable. Es un tesoro que debemos cuidar entre todos.